Capellanía

Sacerdotes Encargados
La Capellanía del Colegio está a cargo de sacerdotes del Opus Dei y tiene como finalidad proporcionar formación cristiana y atención espiritual a padres, profesores, alumnos, personas de administración y servicios, que libremente lo deseen.
Padre Benjamín Goldenberg I.

Nació en el año 1987, estudió en el Colegio Tabancura y es Ingeniero Comercial de la Universidad Católica de Chile; además es Doctor en Teología Moral por la Pontificia Università della Santa Croce (Roma).
En el año 2017 recibió la ordenación sacerdotal. Como capellán, tras un breve paso por el Viaró Global School en Barcelona, ha trabajado durante dos años en Colegio Huinganal, además del Preescolar Cantagallo en Santiago. En el año 2020 colaboró también con la atención de los pacientes en la Clínica de la Universidad de los Andes.
Desde el año 2021 nos acompaña como capellán del Colegio Pinares.

Padre Pablo Aguilera L.
Es Médico Cirujano de profesión y ejerce como sacerdote de la Prelatura del Opus Dei desde 1988. Se ha desempeñado además, como profesor de Teología en la Universidad de los Andes, en el Colegio Tabancura, Colegio Cordillera, Colegio Nocedal, Colegio Almendral y Colegio Chañares en Antofagasta.
Servicio para alumnos y papás
  • Atención espiritual personal
  • Retiros Espirituales
  • Sacramentos: Comunión, Confesión, Confirmación.
Un devocionario online con las oraciones más habituales del cristiano

El devocionario se ha actualizado con las tres nuevas invocaciones de las letanías lauretanas que el papa Francisco ha incorporado al Rosario. El devocionario móvil contiene las oraciones del cristiano más habituales en castellano y latín y puede consultarse online o descargar en ePub y Mobi.

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Manual de Oraciones

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

V. El ángel del Señor anunció a María; R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. V. He aquí la esclava del Señor R. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. V. Y el Verbo de Dios se hizo hombre. R. Y habitó entre nosotros. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. OREMOS: Te suplicamos Señor, que derrames tu Gracia en nuestras almas, para que, los que por el anuncio del Ángel hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y su Cruz, seamos llevados a la Gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

V. Alégrate Reina del Cielo. ¡Aleluya! R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; ¡Aleluya! V. Resucitó como dijo; ¡Aleluya! R. Ruega por nosotros a Dios; ¡Aleluya! V. Gózate y alégrate, Virgen María; ¡Aleluya! R . Porque resucitó, en verdad, el Señor; ¡Aleluya! OREMOS: Oh Dios, que por la Resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, te dignaste regocijar al mundo: concédenos, te suplicamos, que por tu Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor, Amén.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir de cuantos han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, que hayan sido abandonados de Vos. Animado con esta confianza, a vos también acudo, ¡Oh Virgen Madre de las vírgenes!, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No despreciéis ¡Oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas; antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón. Mírame con compasión. No me dejes, Madre Mía.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; Por ser Vos quien sois, porque os amo sobre todas las cosas, porque he merecido vuestros castigos, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; y propongo firmemente nunca más pecar, confesarme , cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; os ofrezco, Señor, mi vida, mis trabajos y mis obras, en satisfacción de mis pecados; y así como os suplico, así confío en vuestra divina bondad y misericordia infinita me los perdonaréis por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte Y me daréis gracias para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
Credo (breve)
Comunión Espiritual

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados; la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén.

Yo quisiera, Señor, recibiros, con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el Espíritu y fervor de los Santos.