Gira de estudio: una experiencia inolvidable

Más allá de los lugares, lo que vivimos y aprendimos fue tremendo. Nos conocimos a nosotros mismos, nuestras amistades y nuestros gustos. Reforzamos lazos entre amigos y creamos algunos que creíamos imposibles.

Como es tradición en el colegio Pinares, este año se realizó la gira de estudios de la generación 2026 con rumbo a San Pedro de Atacama. El segundo medio, acompañado por los profesores Eugenio Arias y Claudio Leiva, se embarcó en una gran aventura junto a Latitud 90 para conocer y recorrer sitios emblemáticos del norte, tales como Guatín, Géiseres del Tatio y Garganta del Diablo mediante variadas actividades.

Nuestros días comenzaban alrededor de las 7 de la mañana. Nos despertábamos para desayunar, preparar nuestras mochilas según el itinerario y salir hacia la aventura. Después de la primera actividad, regresábamos a San Pedro para almorzar y luego continuar explorando. El primer día fuimos al bus mágico en el Valle de la Luna, donde disfrutamos de un bello atardecer. El día dos viajamos a Los Ojos del Salar en la mañana y más tarde visitamos el Cañón de los Cactus en Guatín. En la noche, observamos las estrellas. El día 3 hicimos una cicletada hacia Garganta del Diablo y después conocimos Turipite, un extraño lugar más allá de Guatín, donde corre un río proveniente del Tatio que le da vida a su alrededor. En el cuarto día nos bañamos en la Cascada Escondida tras un extenso trekking y durante la tarde conocimos el pueblo de Toconao, cuyo principal atractivo es su iglesia que data de 1744. Tras aquello, disfrutamos de un espléndido atardecer en el Parque de los Flamencos. El último día, nos levantamos cerca de las 4 de la madrugada para ir a Los Géiseres del Tatio, un lugar precioso a más de 4 mil metros de altura sobre el mar que muestra lo peculiar y hermoso de la naturaleza. Finalmente almorzamos en Chiu-Chiu, famoso por la Iglesia de San Francisco de Chiu-Chiu, construida en 1540.

La experiencia fue increíble. Más allá de los lugares, lo que vivimos y aprendimos fue tremendo. Nos conocimos a nosotros mismos, nuestras amistades y nuestros gustos. Reforzamos lazos entre amigos y creamos algunos que creíamos imposibles. Pudimos apreciar lo afortunados que somos de poder viajar y disfrutar como nunca. Vivimos muchas anécdotas dignas de risas y yo no puedo estar más feliz de haber tenido la oportunidad de viajar con mi curso y pasarla tan bien. También vale mencionar a Latitud 90 por sus guías, quienes con mucha simpatía nos llevaron a todos lados siempre con una sonrisa. Sin duda fue una experiencia inolvidable.

Vicente Ríos V., IIº Medio


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