1º a IV° Básico
Piedad: “Virtud por la que el hombre se inclina a rendir el debido honor y reverencia a las personas constituidas en legítima autoridad. Inspira, por amor a Dios, tierna devoción a las cosas santas; y por amor al prójimo, actos de amor y compasión”.
Definición
A todos tenemos que respetar porque compartimos la misma dignidad. Pero hay quienes merecen de nosotros algo más que el respeto común: los padres frente a los hijos, los profesores frente a los alumnos, las autoridades legítimas, los ancianos, la patria y por encima de todos, Dios, Creador y Padre Nuestro. La virtud de la Piedad nos facilita la manifestación de nuestro respeto y veneración a todos quienes tienen autoridad legítima frente a nosotros.
Venerar es “respetar en sumo grado a alguien por su dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa”.
Educar la piedad en los hijos les ayudará a ordenar sus afectos para relacionarse adecuadamente con las distintas personas y realidades de su vida, y así, vivir mejor el amor a Dios y a los demás.
Saludar con respeto a los adultos, poner especial atención a los padres, rezar con atención, hacer sacrificios en favor de los ancianos (visitando a los abuelitos, ayudando en la calle a quien lo necesita, dando el asiento en la micro, llevando compañía a los ancianos de un hogar, etc.), son actos que ayudarán a los hijos a crecer en los hábitos que sustentan esta virtud.
El Mes de María es una oportunidad especialmente favorable para crecer en la piedad a Jesús por medio de su Madre. Para ello, los padres podremos animar a los hijos a vivirlo con respeto, alegría y cariño.
Algunas consignas y actividades con el hijo, que ayudarán a educar la virtud en la casa:
• Ser agradecidos con Dios, con los padres, con los profesores y con todos los que les hacen bien.
• Saludar a los mayores con respeto (por ejemplo, pedirles que cuando acaban de saludar, esperen un momento antes de irse a “sus cosas”).
• Al terminar de comer pedirles a los hijos que se queden en la mesa acompañando a los padres.
• No interrumpir a los demás cuando están hablando; esperar para decir o pedir algo.
• Rezar con ellos poniendo especial cuidado para hacerlo con calma y atención, y no rápido como “cumpliendo un trámite”.
• Acordarse de llevar flores a la Virgen en el Mes de María.
• Visitar a parientes enfermos: explicarles que cada uno le debe mucho a esas personas, especialmente si son familiares, y ellos esperan y necesitan nuestro cariño y respeto.
• Organizar en familia alguna oración por los familiares ancianos y/o enfermos.
• Motivarlos a pasar al Oratorio del colegio a saludar al Señor y agradecerle su Presencia tan cercana.
Orientación a los padres
Ser agradecidos es el primer paso para tener un corazón ordenado
5º Básico a IV° medio
Sencillez: “La persona sencilla es la que se muestra tal cual es, se deja conocer, no aparenta, no habla para pasar por lo que no es”.
Definición
El sencillo vive con naturalidad, feliz con la vida que lleva, sin aparentar lo que no es ni lo que no tiene. Se deja conocer tanto en sus fortalezas como en sus debilidades; no se desanima cuando constata sus propias debilidades. Es una persona segura porque sabe que vale por sí misma; valora sus virtudes y aciertos y reconoce sus defectos, que trata de superar.
Tampoco sufre porque no tiene cosas que los demás sí poseen; evita disimular o aparentar una vida falsa para ganarse el aprecio o la admiración de otros.
Es una virtud muy valiosa: en la vida familiar fomenta un ambiente de naturalidad en el que cada persona es aceptada y querida por lo que es y no se le descalifica por sus errores. En este ambiente de sencillez los hijos aprenderán a estar contentos con su forma de ser y con las cosas que tienen, y habrá confianza para conversar de todo sin escándalos ni “rollos”. Los hijos contarán con sus padres para buscar ayuda cuando la necesiten. Sabrán disfrutar de las cosas comunes y corrientes, sin depender de lo aparatoso ni de la moda de paso; tendrán una personalidad propia y “desenrollada”.
En el trabajo una persona sencilla se gana rápidamente la confianza de los demás, porque valora sus propias capacidades y sabe pedir ayuda cuando la requiere.
En la vida social la sencillez ilumina los ambientes haciéndolos naturales y acogedores, donde la gente se sienta a gusto, con la confianza de mostrar su verdadera forma de pensar y sentir. La sencillez abre las puertas a la amistad.
En una sociedad donde no falta el afán de aparentar, es importante que los padres fomentemos en nuestros hijos la capacidad de mostrarse tal cual son, de estar felices con lo que tienen y con lo que son. Como todas las virtudes, ésta se fortalece con el ejemplo de los padres y con el cuidado de las pequeñas situaciones cotidianas en las que podemos motivar a los hijos y corregirlos para realizar actos de la virtud.
En palabras de San Josemaría: “La naturalidad y la sencillez son dos maravillosas virtudes humanas, que hacen al hombre capaz de recibir el mensaje de Cristo …. Es verdaderamente hombre el que se empeña en ser veraz, leal, sincero, fuerte, templado, generoso, sereno, justo, laborioso, paciente. Comportarse así puede resultar difícil, pero nunca extraño. Si algunos se asombrasen, sería porque miran con ojos turbios, nublados por una secreta cobardía, falta de reciedumbre”.
Algunas consignas y actividades con el hijo, que ayudarán a educar la virtud en la casa:
- Animarlos a saber reconocer sus fortalezas y también sus debilidades sin sentir vergüenza por ellas.
- Disfrutar en familia de las cosas sencillas: rezar juntos, un bonito día, estar juntos, pasear, ver una película en familia, arreglar el jardín, lavar el auto, pasear el perro, etc.
- Evitar las críticas descalificadoras entre los hermanos porque alguno cometió un error o no tiene cierta destreza.
- Exigirles que sepan expresarse sin rodeos, con palabras adecuadas pero sencillas, yendo al grano.
- Animarlos a pedir ayuda cuando la necesiten.
- En las conversaciones, darles ejemplo de valorar a las personas que se saben mostrar tal cual son.
- Frenar todo intento de disimular o aparentar lo que no son o lo que no tienen.
Orientación a los padres
La sencillez abre la puerta a la amistad sincera